REVOLUCIÓN CONSTITUYENTE


LA REVOLUCIÓN CONSTITUYENTE DE ATACAMA
En estos días, nuevamente la Región de Atacama, verá flamear en sus calles la bandera azul con la estrella dorada, y escuchará los sones marciales de La Constituyente, el himno que hincha los corazones de los amantes del desierto candente, cuna de la minería y sostén de Chile.
La Escuela Los Estandartes, se hace presente y recuerda a estos valientes Atacameños que lucharon para tratar de encontrar la igualdad y tratar de eliminar el centralismo, algo que aún en el día de hoy no se ha logrado. La fecha del 5 de Enero de 1859 dice demasiado para nuestra región, marca el inicio de una nueva etapa, de los cambios conductuales políticos y económicos que exigían los habitantes de las provincias nortinas de Atacama y Coquimbo en la medianía del siglo XIX.
Cambios que se fueron dando con el despertar de los mineros, los hacendados, los artesanos, todos hijos de Atacama.
Cambios que se dieron con el levantamiento de las plebes, el empuñamiento de las armas y la decisión de los mineros, de construir el sueño libertario y limpiar con sangre los desaciertos e injusticias del gobierno de don Manuel Montt Torres y su Ministro del Interior, don Antonio Varas.
Días atrás, el 12 de Diciembre de 1858, habían sido detenidos en Santiago, los promotores del movimiento nacional formado por los hermanos Manuel Antonio Matta y Guillermo Matta, Benjamín Vicuña Mackenna, Eleodoro Errázuriz y Ángel Custodio Gallo, hermano de Pedro León Gallo gestor de la causa en Copiapó. En los tribunales de justicia se alegaba sobre las condenas a que serían sometidos los miembros del Comité Constituyente a riesgo de ser condenados, incluso, a la pena de muerte.
En Copiapó, las reuniones se hacían en secreto, por el estado de sitio que había dictado el presidente Manuel Montt en Santiago y algunas provincias, que se encontraban descontentas con el avasallaje y la disminución de las libertades públicas.
Juan Guillermo Gallo, hermano de Pedro León, había sido comisionado para adquirir armas en Santiago y en otras provincias; preparando de antemano lo que se veía venir.
Esta afrenta, de encarcelar a los constituyentes, perjudicaba directamente a la familia Gallo y se sumaba a una larga lista de conflictos que, el intendente y los funcionarios de gobierno, tenían contra los miembros de la Junta de Minería, los hacendados, obreros y artesanos copiapinos.
El día anterior ya era latente el deseo de los miembros del Comité Constituyente y la comunidad, de nominar a Pedro León Gallo Goyenechea, como líder de este levantamiento. Acción que se hizo realidad al día siguiente donde, la mayoría de los vecinos a viva voz exigió que el caudillo copiapino fuera nombrado Intendente de la Provincia de Atacama.
El 5 de Enero de 1859, a las 11 de la noche, hora y día fijado por el comité constituyente para tomar decisiones fundamentales, como la toma de las instalaciones gubernamentales, la intendencia y el cuartel de policía de Copiapó, cuya tarea había sido encomendada a Pedro Pablo Zapata, al cual los artesanos habían elegido como su presidente, para que los representara.
Constituían este directorio los obreros, Manuel Muñoz, Severo Martínez, José del C. Ramírez, Manuel Zúñiga, José Vallejos los hermanos Aguilar, José Sierra, Juan Guillermo Pizarro, Remigio Briones y Porfirio Briones entre otros.
Zapata escribiría después, en el tiempo. “El golpe de muerte dado por el gobierno a las municipalidades, fue el agente mas poderoso que activó la revolución en el país; después de destituido el poder municipal, base del poder constitucional. ¿Y que otro recurso quedaba, para salvar de la dictadura y la revolución?”
El golpe fue adelantado en su horario y dirigido por los propios dirigentes, Pedro León Gallo, Felipe Santiago Matta, Olegario Carvallo, Anselmo Carabantes, Abdón Garín, Luis Lopeandía, José Tomas Mujica y Pedro Pablo Zapata.
Olegario Carvallo pidió al Intendente José María Silva Chávez, su rendición, al tiempo que el abogado, don José María Cabezón, le ofreció una mediación y garantías, propuesta por don Pedro León Gallo agregando – el intendente puede retirarse con la seguridad de no ser molestado en su persona—nosotros no queremos ni víctimas ni sangre, porque estamos dispuestos a sacrificarnos, antes que dar ocasión a que la población sufra.
Este es el inicio de la gran epopeya de Atacama, Pedro León Gallo y sus colaboradores crearían un ejército de mil hombres, para enfrentar al gobierno constituido y dar batalla en el frente, en la quebrada de Los Loros, en las cercanías de La Serena y posteriormente, en Cerro Grande.